Expertos nacionales debaten en Chihuahua sobre mando mixto y mando único,
además de las reformas pendientes al sistema de justicia penal

Fortalecer las necesidades particulares de las policías municipales desde un mando mixto que no vulnere el federalismo e incrementar los presupuestos para las instancias locales y la prevención del delito, fueron algunas de las coincidencias entre especialistas que participaron en el Encuentro Chihuahua, sobre temas de seguridad.

También hubo convergencias en cuanto a rechazar la prisión preventiva oficiosa y en que no se ha demostrado una vinculación entre llenar las prisiones de presuntos criminales y la disminución de la incidencia delictiva y la violencia.

Ernesto López Portillo Vargas, Francisco Gatica Méndez, César Augusto Peniche Espejel, Angélica Marina Díaz Pérez, Sigrid Arzt Colunga, Pablo Héctor González Villalobos, Jorge Ramos Hernández, Moisés Moreno Hernández y Antonio Lozano Gracia, fueron las figuras nacionales que acompañaron al gobernador Javier Corral Jurado en el Foro de Seguridad: Análisis del Mando Mixto

Ernesto López Portillo Vargas, fundador de Inside (Instituto para la Seguridad y la Democracia), alertó sobre la evidencia encontrada por estudios internacionales respecto a que la prisión preventiva no ha reducido inseguridad ni la violencia.

Por ello -refirió-, que antes de hacer una nueva reforma, deben analizarse los indicadores sobre evaluaciones concretas, lo que ha sido rechazado sistemáticamente desde el 2008.

Dijo que hasta el 2016, las autoridades no han querido evaluar el impacto de la capacitación de hasta ahora, 500 mil encargados de aplicar la reforma penal, cuando es decisivo para corregir errores de jueces o ministerios públicos, que la vuelven ineficaz.

Ello se clarifica, agregó, en que con todo y una reforma penal catalogada como la mejor en un siglo, el 34 por ciento de los homicidios intencionales en el mundo son cometidos en América Latina y el Caribe, y México está dentro de los siete países con mayor índice de delitos violentos.

López Portillo señalo que apenas un 1 por ciento del presupuesto nacional para seguridad, es destinado a la prevención, pese a que se dispone de un plan específico como el Pronapred y su propia infraestructura de promoción.

Conminó a retomar el análisis de los reportes de prevención del delito, que a diario surgen, como el del ITAM (Instituto Tecnológico Autónomo de México), que concluyó que debe dejarse de invertir en el sistema penal, de inflar las penas y de encarcelar, para invertir en causas profundas de la violencia.

Mencionó que el ITAM ordenó una investigación para identificar reportes de prevención con evaluación y sin evaluación, pues los consensos son de reducir lo más posible la edad para las intervenciones en las familias.

Consideró que el presupuesto se debe invertir en donde está exactamente la violencia, colonia por colonia, en incluir en los modelos de prevención a los policías municipales que son los que conocen de cerca esa realidad.

Se manifestó en contra de un populismo penal o punitivo porque no hay evidencias que vinculen las tasas de aprisionamiento con la reducción de la violencia.

Propuso un modelo que equilibre la prevención y el control, con la participación ciudadana, ligada a paquetes de inversión de recursos públicos que prefieran trabajar con causas profundas, antes de la remediación de los eventos violentos.

“La reforma penal puede ser regresiva sin antes construir la evidencia que nos indique que ese es el camino, porque llevar la gente a prisión es tan popular como imposible justificar que la prisión funciona”, manifestó López Portillo Vargas.

Francisco Gatica Méndez, coordinador de asesores del Comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, expuso que la perspectiva más importante de un sistema penal, es que el ciudadano pueda tener un acceso seguro a la justicia y los policías deben ser capacitados y reconocidos oficialmente.

César Augusto Peniche Espejel, titular de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, reclamó que la actual redacción del Código Penal Federal, ha privilegiado al imputado por encima de las víctimas, a quienes consideró el sujeto social olvidado.

Angélica Marina Díaz Pérez, magistrada de Circuito, habló sobre la problemática en el tránsito del sistema mixto al sistema acusatorio adversarial, sobre todo en cuanto a la concesión de la prisión preventiva como generalidad, cuando se planteó como excepción.

Agregó que uno de los delitos más graves es el de la delincuencia organizada, el cual requiere de recursos económicos para su existencia, y la falla judicial está en que ninguno de sus operadores financieros está preso.

Sigrid Arzt Colunga, especialista en estudios internacionales coincidió sobre el rechazo a la prisión preventiva oficiosa y el mando único.

Respecto a este último punto, consideró que la aplicación de la justicia no debe ser homogeneizada sido adaptada a las particularidades técnicas, tácticas y operativas de cada región para no exponerlas a que no funcione el mecanismo.

Pablo Héctor González Villalobos, magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Chihuahua (STJE), opinó que no es necesaria una reforma sino un diálogo de cooperación que ajuste la coordinación para que uno legitime al otro, sobre modelos de control social del delito.

El legislador federal Jorge Ramos Hernández, presidente de la Comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados, mencionó de la existencia de modelos que vayan al fondo del problema, como lo es la inversión en sistemas independientes, con órganos responsables de la seguridad autónomos del Poder Ejecutivo y el liderazgo de civiles sin relaciones políticas.

Comentó que el debate de fondo para el mando mixto, es centralizar policías o hacer un sistema federalista, porque al momento los alcaldes están presionados por la Federación para elegir la mecánica de procuración de seguridad pública local.

Empero, dijo estar convencido de que el modelo actual está rebasado y la alternativa sería un mando “mixto” pero no “único”, ya que cada estado tiene su problemática específica.

Para ello, promovió, que es necesario comenzar con la protección del bienestar de los policías, como el acceso a una jubilación, un plan de retiro digno y créditos de vivienda, desde un planteamiento universitario para sectorizar la corporación y certificar a todos los agentes en el país.

María Novoa, directora del Área de Justicia del Centro de Investigación para el Desarrollo (Cidac), advirtió de los riesgos en el planteamiento del sistema penal acusatorio que podrían significar un retroceso.

Ante ello, sugirió aplicar un Nuevo Modelo de Procuración de Justicia, que priorice dos eslabones, que son el invertir equitativamente en el nivel federal y el local, así como adoptar un sistema de persecución penal a la delincuencia común.

Moisés Moreno Hernández, ex subprocurador de Control de Procesos de la Procuraduría General de la República (PGR), también dijo estar de acuerdo en que se ha abusado del recurso de la prisión preventiva, lo cual ha sobresaturado los sistemas.

Pidió dar paso a una perspectiva que equilibre la investigación y el proceso, así como los derechos de las víctimas y los de los victimarios, y del uso de mecanismos alternativos y el sistema penal.

Antonio Lozano Gracia, extitular de la Procuraduría General de la República, habló sobre el fortalecimiento de las policías municipales, mediante la ampliación de presupuestos, como clave para lograr la efectividad de la justicia.

Otro aspecto que analizó, fue el de la actualización del catálogo de delitos penales, que desde el 2004 sólo ha incorporado a la trata de personas y ocurrió sólo por presión de la Presidencia de la República, como actualmente se propone el de extorsión y portación de armas de fuego.

Algunos otros delitos, como el robo de hidrocarburos, portación de armas, enriquecimiento ilícito, actividades relacionadas con armas de fuego y delitos electorales, son otros temas que se debaten al interior del Senado de la República, agregó.

En el Encuentro Chihuahua, todos los participantes tuvieron la oportunidad de hacer una primera exposición y luego en una segunda ronda, plantear réplicas o abundar sobre sus posiciones.