Contundentes palabras del fiscal César Jauregui en la rueda de prensa que ofreció para dar a conocer los primeros detalles sobre la muerte de José Noriel Portillo Gil, alias “El chueco” a quien se le atribuye el asesinato de varias personas, entre ellas, dos sacerdotes de la comunidad jesuita de Cerocahui.
Lo dicho por Jauregui, deja ver claramente la mano dura con la que la gobernadora ha enfrentado la violencia en el estado y por qué no decirlo, al crimen organizado. Sin temor y con decisiones firmes y contundentes.

Los acontecimientos de las últimas horas y meses incluso, han dado muestra del gran compromiso que la gobernadora Maru Campos tiene con la sociedad chihuahuense y la seguridad de sus familias que habitan la zona serrana.
A tan solo un año de su administración es posible hacer un recuento del trabajo realizado para reestablecer la paz en la entidad y terminar de una buena vez con los generadores de violencia, como lo prometió.
Desde el abatimiento de “El Neto” en Ciudad Juárez, la limpia en los Ceresos estatales y el gran trabajo coordinado y conjunto con la Federación para capturar a “El chueco”, estrategia que permitió cercar al criminal y que dio como resultado su muerte en Sinaloa, son un claro ejemplo de que la gobernadora no se anda con miramientos, es una mujer fuerte y firme en sus decisiones.
Y es que la muerte de “El chueco” viene a debilitar la actividad delictiva de su organización en la sierra de Chihuahua, aunado a las 35 personas que han sido detenidas en los operativos de búsqueda, así como el decomiso de armas, droga y desmantelamiento de laboratorios de metanfetaminas y fentanilo ligadas a la banda del criminal.
Desde los lamentables sucesos en los que fueron asesinados dos sacerdotes de la comunidad jesuita y dos personas más en Cerocahui, de inmediato Maru ordenó montar un operativo especial para dar con el paradero de José Noriel Portillo, alias “El chueco” encabezado por la Fiscalía General del Estado, en conjunto con la SEDENA y la Guardia Nacional, aunado a las mesas de trabajo que se instalaron para dar seguimiento a las necesidades de la sierra tarahumara y en las que ha tenido una importante colaboración la Diócesis de la tarahumara.
Hace pocos días que la gobernadora y parte de su gabinete sostuvieron una reunión con la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Federación para dar seguimiento a las medidas de protección solicitadas por la comunidad jesuita, acciones que luego agradecieron los sacerdotes a través de un comunicado.
De esta reunión se dio a conocer que para seguir reforzando la seguridad en aquella región, muy pronto se contará con una comandancia de policía estatal y otra comandancia de la Guardia nacional en la sierra.
Confiamos en que ahora la comunidad de Cerocahui y la región de Urique, en particular, pueda vivir con mayor tranquilidad, por lo que este evento viene a fortalecer el compromiso de la gobernadora con los habitantes de la zona serrana y miembros de la Compañía de Jesús, de seguir trabajando para lograr y sostener un ambiente de paz y continuar combatiendo las profundas causas que generan la desigualdad y la violencia en el estado.