
Para celebrar analizan la historia del edificio, su proceso de rescate y su apertura como museo
En un concurrido evento en donde hubo remembranzas, anécdotas y nuevas propuestas para la cultura chihuahuense, se celebró el XVII Aniversario del Museo de Arte Contemporáneo Casa Redonda, espacio que desde el año 2000 se constituyó como uno de los recintos culturales más importantes del estado de Chihuahua.
Por medio del conversatorio “Del acero a la vía del tren, un sueño realizado”, se llevó a cabo una amena e interesante plática en la que se abordaron temas como la importancia de la memoria colectiva y la defensa del patrimonio cultural edificado, la trasformación del paisaje arquitectónico en Chihuahua a través de los tiempos, los cambios culturales y sociales tras la llegada del ferrocarril, y por supuesto el proceso de rescate del emblemático edificio que en otra época funcionó como taller de locomotoras del Ferrocarril Central Mexicano.
Wendy Suárez, Ángela Siqueiros, Luis Armendáriz y Bernandino Bernal, todas y todos ellos involucrados en la historia del inmueble y su proceso de rescate, disertaron acerca de ello poniendo sobre la mesa argumentos sobre el patrimonio ferroviario y los elementos arquitectónicos del edificio que desde hace 17 años alberga dicho museo.
Tita Delgado, directora de Casa Redonda, agradeció la presencia de quienes acudieron a festejar el aniversario: a la comunidad artística, a las y los integrantes del equipo laboral del museo, a las instituciones que generan sinergia para su continuidad y en especial a representantes de FERROMEX que estuvieron presentes en la celebración, un gremio fundamental para la consolidación y persistencia de este espacio.
La directora destacó las exposiciones de arte contemporáneo más sobresalientes que ha albergado Casa Redonda desde su apertura como museo, como “Los impresionistas” que presentó obras de grandes figuras como Van Gogh o Renoir; y la muestra del máximo representante del “pop art” Andy Warhol.
Durante la noche del aniversario se exhibió además una colección de fotografías antiguas sobre el tema ferroviario, un acervo histórico propiedad de Bernardino Bernal, el diseñador gráfico que dedicó su vida al oficio de maquinista, pues como herencia generacional, adquirió desde niño el gusto por los ferrocarriles y todo su entorno.