
Con el ejercicio se liberan hormonas que producen sensación de bienestar.
Realizar cualquier tipo de ejercicio físico o simplemente caminar 30 minutos diarios, tres
veces a la semana como mínimo, es esencial para liberar el estrés y mejorar el estado de
ánimo que producen los actuales estilos de vida.
Las personas con depresión que realizan algún tipo de actividad física tienen la
posibilidad de disminuir las recaídas, a diferencia de aquellos con sedentarismo que son
las que con mayor frecuencia recaen, así es que “el ejercicio físico hace que el
pensamiento se dirija a otro nivel y se encuentre confort emocional”.
Así lo dio a conocer el coordinador auxiliar de Salud Pública del IMSS en Chihuahua,
doctor Ismael Rodríguez Chávez, quien describió a la depresión como una enfermedad
que no distingue género, raza, ni condición social; se caracteriza por la afectación al
estado de ánimo y al comportamiento o forma de pensar, y en algunos casos puede
perjudicar las funciones emocionales y físicas de quien la padece.
El galeno mencionó que la depresión implica, entre otras manifestaciones negativas,
ánimo abatido, sentimientos negativos hacia uno mismo, insatisfacción, indiferencia
afectiva, llanto sin razón, pérdida del sentido del humor y desórdenes alimenticios.
Por lo anterior, el especialista explicó que el ejercicio es una buena opción para abatir la
depresión porque cuando “tenemos actividad física las glándulas del cuerpo liberan
hormonas como la adrenalina y endorfinas, sustancias naturales que generan
sensaciones placenteras y de bienestar para el organismo”.
En este sentido, Rodríguez Chávez recomendó hacer ejercicio durante 30 minutos, tres
veces a la semana como mínimo, con la finalidad de que el estrés o la depresión sean
liberados poco a poco de la vida cotidiana; sea más llevadero el día a día, así como
fortalecer gradualmente su cuerpo y mejorar el aspecto físico.
Asimismo, exhorta a la población a que a que acuda a la UMF de adscripción en caso de
presentar los síntomas antes mencionados, y que sumado al ejercicio habitual, el médico
realice un diagnóstico certero del problema y de ser necesario aplique los tratamientos
complementarios para garantizar su calidad de vida.