Preocupada por la inclusión, aprendió la lengua de señas mexicanas
para atender a pacientes con discapacidad auditiva
Con amor, cariño y dedicación, le da un “plus” a su servicio en
Medicina Familiar
Parlanchina, inquieta, alegre, curiosa y con la vocación de servir a flor de
piel, así es la doctora Nelva Carolina Cano Salas, especialista en Medicina
de Familia, quien no se conformó con realizar su jornada laboral de una
manera “normal”, y se puso el reto de aprender la lengua de señas
mexicanas para atender a los pacientes sordos.
Originaria de Manzanillo, Colima, pero chihuahuense de corazón, vive
desde hace cuatro años en el estado y dos de ellos ha sido la intérprete de
los derechohabientes con discapacidad auditiva adscritos a la Unidad de
Medicina Familiar (UMF) No. 33, del Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS) en la ciudad de Chihuahua.
Actualmente no está en un consultorio médico, sino en el Departamento
de Fomento a la Salud de dicha clínica, lo que le permite movilizarse en el
momento que se requiere de sus servicios de intérprete, lo cual hace por
vocación y amor a su profesión.
La doctora no tiene problemas en su audición, pero en su afán de atender
mejor a los derechohabientes, aprendió la lengua de señas en la
asociación denominada “Mis manos por mi Voz”, en donde ha cursado
diversos módulos y continúa la preparación para fortalecer la atención
que brinda.
La doctora Nelva no sólo habla con las manos, habla con los ojos, con
gestos, pero también con el corazón, y denota en cada frase el gran cariño
que tiene por su trabajo y por los demás.
“En la práctica me di cuenta que con cierta regularidad se presentaban
personas que tienen pérdida auditiva y de lenguaje, para atender algún
padecimiento, y era sumamente difícil para ellos expresarse, así como
para los médicos entenderles”, relató.
“Algunos acuden a las unidades con sus familiares para que les ayuden a
comunicarse, pero el gran reto es para los que acuden solos. Eso me hizo
reflexionar, por lo que me decidí a aprender a comunicarme de esta
manera”, afirmó.
Al momento, la doctora atiende regularmente a siete pacientes sordos en
el turno vespertino, quienes desde hace tiempo la buscan para recibir una
atención especial, cálida y profesional.
“Esto es tan bonito y tan gratificante, porque tan sólo les comienzas hablar
en señas y se quedan sorprendidos al darse cuenta que los entiendo, que
hablo su lenguaje y eso los hace sentir más seguros. Esto es muy padre,
pero también es un gran reto, porque me compromete a seguir
preparándome”, añadió.
“Siempre me ha gustado mucho la inclusión, tanto en personas que
presenten alguna discapacidad o no. Me gusta mucho aprender y el IMSS
me ha permitido crecer en todos los aspectos”, resaltó con una gran
sonrisa.
Finalmente, señaló que “tenemos muchas personas con alguna
discapacidad auditiva a nuestro alrededor, pero no nos damos cuenta, por
lo que exhorto a que todos pongamos atención, pero principalmente a
que seamos empáticos y pacientes con ellos. Dediquemos un poco de
nuestro tiempo en aprender la lengua de señas, tenemos que ser
inclusivos para poder ser mejores personas y poder ayudar a los demás”.
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