Dos mil elementos de la Policía Federal y de la Guardia Nacional se encuentran apostados en posición militar de cerco, para impedir cualquier movilización a los pacíficos manifestantes que sólo piden recursos para el campo y obras para colonias marginadas.
Ciudad de México.- “Y si esto no es represión, ¿entonces qué es?”, preguntó, reprochó, denunció Lenin Rosales Córdova, dirigente estatal del Movimiento Antorchista de Chihuahua. Y es que apenas se habían retirado los mil 500 granaderos de la Ciudad de México que cercaron el miércoles el plantón en San Lázaro para impedir que salieran a manifestarse los campesinos y colonos, cuando a las 11 de la noche llegó el refuerzo en la forma de alrededor de 2 mil elementos de las fuerzas federales, incluyendo la Guardia Nacional. El ejército personal del presidente López Obrador vino a relevar a los primeros en esta operación represiva. Los federales tomaron el control de los accesos de todo el perímetro del Palacio de San Lázaro, pues colocaron camionetas, autobuses, así como equipos antimotines y rejas de seguridad.
Nadie sale, nadie entra, por órdenes de muy arriba.
“El pretexto es que nos están impidiendo salir a dizque manifestarnos en la sede alterna que van a improvisar los diputados de Morena este jueves para poder votar y aprobar sin modificaciones, los tremendos recortes al Presupuesto Federal 2020, que dejan a los campesinos y a los colonos pobres sin apoyos, sin obra pública y sin servicios, es decir, pretenden aprobar el proyecto que les mandó el presidente López Obrador tal cual se los mandó a la Cámara de Diputados”, explicó Rosales Córdova.
Desde ayer resonó aquí en la memoria de los plantonistas, aquel famoso anuncio hecho el 6 de diciembre de 2018 por la Jefa de Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, de que desaparecería al cuerpo de granaderos de la Ciudad de México “para nunca más reprimir al pueblo”. Es que ayer reaparecieron 800 elementos de este agrupamiento, con toda su indumentaria: chalecos, protectores, escudos y cascos, para frenar el paso de campesinos que (sólo un grupo) amagaron con intervenir el desfile del 20 de Noviembre en el Zócalo de la ciudad y protestar contra del presidente Andrés Manuel López Obrador por la disminución del presupuesto federal al desarrollo agrícola.
Y resonaron, asimismo, los frecuentísimos discursos del presidente de la república, quien a todas horas señala que él trabaja para los más pobres, y que en su mandato no va a usar la fuerza pública para reprimir a ningún manifestante.
“Si estos cercos militares no son represión, ¿entonces qué son? Es indudable, es una verdad del tamaño del mundo, que estamos secuestrados acá dentro del cerco, ¡claro que es represión, y el presidente queda exhibido como mentiroso una vez más!”, remachó Lenin Rosales.
Cabe señalar que los diputados sesionarán hoy en una sede alterna para revisar la última versión del dictamen del Presupuesto, cuyo plazo constitucional venció el pasado 15 de noviembre. Trascendió que la sede podría ser en el Centro Bancomer de Santa Fe o en el Auditorio Nacional. Por cierto, el primero de esos lugares se desplegó ya un fuerte dispositivo de la Policía Federal.