El fiscal general de Estado, César Augusto Peniche Espejel, informó que dentro de pocos días se presentarán avances de la investigación sobre el el ataque armado murieron tres niñas y un hombre y otro más fue privado de su libertad y luego encontrado sin vida, en Ciudad Juárez.
El 25 de agosto, en un rancho en Riberas del Bravo, fueron asesinadas
las hermanas Linsay, Sherlyn y Arleth, de 14, 13 y cuatro años, así como
Rafael Gordillo González, tío de las niñas.
En el lugar fue “levantado” José Francisco Quezada Espinoza cuyo cuerpo fue localizad el 2 de septiembre en el interior de una camioneta Dodge Ram, que fue abandonada cerca del área de los Médanos de Samalayuca, a un costado de la carretera que conduce de Juárez a Chihuahua.
Peniche Espejel descartó que el hombre que fue encontrado sin vida días después de los hechos laborara para el gobierno de los Estados Unidos, como llegó a mencionarse.
También indicó que las investigaciones arrojaron que el otro individuo que murió en el lugar de los hechos contaba con antecedentes y que el lugar donde ocurrió el crimen podría haber sido utilizado como casa de seguridad pues se localizaron excavaciones, equipo táctico y cartuchos.
“El lugar donde se llevó a cabo la agresión e un lugar donde se hizo una revisión exhaustiva días después de los hechos y resulta que ya habían hecho unas excavaciones entre el día de los hechos y el día que se hizo la revisión agresión personas ajenas, se ve que sustrajeron algunas cuestiones que estaban ocultas tanto en los techos como en el puso y adicionalmente pudimos localizar uniformes tácticos y portacartuchos, esto significa que era un lugar que pudiera ser utilizado como casa de seguridad”.